Frauen mit Stil gab‘s immer, zu allen Zeiten. Am Anfang des Jahrhunderts haben sich die Frauen immer unterschieden wegen ihrer Art sich zu kleiden und zu leben also Lebensstil. Aber es gab einen anderen Bereich, wo die Damen nur mit der Bewegung der Hände die Männer bezauberten. Einer Art von Koketterie und Weiblichkeit, die eine ganze Generation beeinflusste.
Die folgende Geschichte ist kein Roman, sondern eine Lebensgeschichte von einem Mann, der sich in eine Stickerin verliebte. Damals in Kolumbien hatten die Bischöfe einen persönlichen Schneider, ein Man der mit Perfektion die Kunst der Schneiderei für den Klerus beherrschte. Alle Stücke wurden von einer kleinen Gruppe von Damen und Herren genäht und bestickt, wo alle Materialien aus Spanien importiert wurden. Gold- und Silberfäden haben die Stickerinnen benutzt, um die Garderobe des Bischofes zu nähen. Zwischen 1932- 1936 war die politische und soziale Lage in Kolumbien sehr unruhig, deswegen waren alle Männer auf der Suche nach neuen Jobs, besonders die Jungs, die für die Ernährung der Familie sorgen mussten. Camilo Navia bekommt die Hilfe vom Bischof der Plata-Huila, einem kleinen Dorf in Huila- Kolumbien, wo er den ersten Job als Schneider des Bischofes anfing.
Die Nichte des Schneiders war eine der Stickerinnen und so fing eine Liebesgeschichte an, die nicht realisiert werden konnte. Camilo Navia verliebte sich in die Hände der Stickerin Luisa Maria, eine wunderschöne Dame, die alles per Hand nähte. So wurde daraus über vier Jahre eine heimliche Liebe, die niemals öffentlich wurde. Nach vier Jahre Arbeit beim Schneider des Bischofes ging er nach Hause ohne jemandem von seiner heimlichen Liebe zu erzählen. Als wir die Tochter Liliana Navia gefragt haben, warum ihr Vater nichts Luisa Maria von seinen Gefühlen erzählte, sagt sie, weil es damals sehr unwürdig und respektlos war eine Dame seine Liebe zu erklären, ohne erstmal die Erlaubnis der Eltern zu bekommen. Außerdem hatte er Angst den Job zu verlieren und die Ernährung der Familie ins Risiko zu stellen.
Diese platonische Liebe ist angeblich nicht gestorben, im Gegenteil wurde sie weitergeleitet zu seinen fünf Töchtern, die alle für die Stickerei und die Schneiderei begabt waren. In dem Atelier von Camilo Navia haben die Mädels sehr früh angefangen und mit 11 Jahren konnte z. B. Liliana Navia die Säume der Puppen Kleider nähen. Von diesem Geist einer unvergessenen Liebe hat er Liliana Navia, seiner kleinen Tochter, das ganze Talent vererbt. Für sie war es sehr wichtig die Kunst der Muster zu lernen, deswegen fing sie mit siebzehn in einer Designschule an, um ihre Leidenschaft und den Beruf zu lernen. Seit 33 Jahren lebt und liebt sie die Mode, ein Beruf, der für sie die beste Erfahrung gebracht hat. Was sie daran liebt, ist die Kommunikation mit ihren Kundinnen, wo alle Geschichten am Ende einen Entwurf herausbringen.
In den Zeiten, wo alles schnell ist und das Wort Liebe keine Bedeutung mehr hat, erleben wir diese Geschichte noch einmal, damit wir uns von der Mode und die Lebensgeschichte einer Frau und einem Mann träumen können. Eine Geschichte die kein Ende gefunden hat, aber die sich in fünf Frauen ins besondere bei einer Frau als Designer entwickelt hat. So macht es Spaß die Mode heutzutage zu erleben, wo ein Designerin durch ihre DNA uns in eine romantische Welt führt, wo die Liebe und die Mode sich perfekt treffen.
En tiempos de lo Efimero y de las historias de moda romántica.
La siguiente historia no es una novela, por el contrario son hechos de la vida real que ocurrieron en departamento del Huila en Colombia y que definió completamente el rumbo y la vida de Liliana Navia, una diseñadora radicada actualmente en la zona rural de Jamundí, Valle del Cauca. El trabajo de liliana se carácteriza por especializarse en el campo del patronaje, digamos que es lo más complejo y que define a un buen diseñador. A ella la podemos definir como una mujer que ama la alta costura y su amor por la moda se respira en cada rincón de su hermosa casa- atelier, donde se percibe la notable influencia de su padre, Camilo Navia.
Como toda narrativa, esta historia romántica comienza con una de las protagonistas, su nombre era Maria del Pilar, una bella opita de carácter ingenuo quien se enamoró de un periodista rico que visitaba la región. Nos remontamos al año de 1917, épocas de post guerra y donde Colombia se recuperaba lentamente de una larga guerra civil. Según cuentan los pobladores de la región, el enamorado de Maria del pilar era un hombre alto, muy bien parecido, fornido y con un carisma dotado de altos grados de seducción, sobre todo al hablar, como para enamorar y poner a sus pies a toda la población femenina de la época, luego de vivir un intenso romance con este caballero, Maria del Pilar queda embarazada. Aquel turista sin saber del embarazo de Maria del pilar regresa a su región de origen, el Valle del cauca para no saberse más de él.
Según dicen Maria del pilar al verse sola y abandonada se encierra en su casa y muere de amor por causa de la deshonra y el desengaño de este hombre. Paradójicamente y después de unos meses del fallecimiento de la joven, el periodista regresa en busca de Maria del pilar al pueblo, para enterarse de la muerte de su novia y del nacimiento de su hijo Camilo Navia. Más lo único que hizo por el pequeño fue darle el apellido, pues de este ”pica flor” de familia acaudalada, no se volvió a saber más. Las dificultades económicas en la familia de Maria del pilar eran grandes y las pocas posibilidades de la abuela llevaron a dar en adopción al pequeño Camilo Navia, el cual fue entregado a una pareja del Huila, dueña de una hermosa hacienda productora de café y cacao. Estas personas de gran caridad adoptaban niños abandonados y se encargaban de su educación, velando por su seguridad e integridad.
Camilo Navia inicia una nueva vida en aquella hacienda, cursando sus estudios primarios en la escuela más cercana y ayudando en las labores caseras. Camilo era de carácter fuerte, trabajador y responsable algo que lo caracterizó desde siempre y su afán por aprender fueron cualidades que lo destacaron durante su vida. Fue entonces cuando y después de haber alcanzado la mayoría de edad, Camilo Navia es enviado a vivir a la casa del arzobíspo de la plata, un pueblito en el huila, donde el sastre del clero tenía un taller de confección. En ese taller se elaboraban todos los atuendos de los arzobispos, así como los bordados y demás detalles trabajados a mano.
En aquel entonces Camilo Navia ingresa a trabajar en aquel taller de confección y se enamora de la sobrina del sastre Luisa Maria, un amor que comienza con miradas tímidas, pues en aquel entonces pronunciarle o declárale el amor a una mujer era falta de respeto, pues primero había que pedir el consentimiento de los padres para cortejarla, como dice Liliana Navia: ” en aquellos tiempos el amor era aún visto como algo muy limpio y silencioso”, recatado!. De ahí que solo con el cruce de unas miradas y de observar la manera tan diestra de Luisa Maria con el bordado, decorando las sotanas con hilos de oro traídos desde España, es como ella enamora a Camilo. Ese amor que sentían los dos nunca llega a consolidarse, pues por el miedo de perder el trabajo y quedarse sin el sustento para la familia y demás presiones sociales obligan a Camilo a no declarársele nunca a Luisa Maria. Después de tres años de silencioso enamoramiento y sin decirle una sola palabra a su enamorada, Camilo regresa a su tierra para nunca más volver a saber del destino de Luisa Maria.

Liliana Navia cuenta este relato como una buena narradora de historias, pues como ella dice Luisa Maria influenció tanto la vida de su padre Camilo Navia que de los 19 hijos que tuvo con su esposa Beatriz de Navia, cinco fueron mujeres y todas trabajaron en el campo de la moda. Por eso al ver nacer cada una de sus hijas en su casa, lo primero que hacía era levantarlas, besarles las manos y predecir el oficio que cada una realizaría en la vida. Era como un pequeño homenaje a la mujer y su feminidad.
Cuando se le preguntaba a Liliana Navia sobre cómo se imaginaba al amor de juventud de su padre, cuenta que le parece verla bordando en aquel costurero, contoneando los hilos de oro con los que ella creaba bellezas de atuendos. La imagen que marcó definitivamente la vida de su padre, viéndola a ella sentada y bordando con sus delicadas manos las indumentarias eclesiásticas como: amito,estola, y la dalmática. Piezas que requerían de arduas horas de trabajo y que eran confeccionadas exclusivamente para aquel arzobispo, impactaron de manera radical a su padre, quien se deleitaba viendo bordar a sus hijas, tal vez y como durante ese tiempo en silencio observaba muy discretamente a Luisa Maria.

Por eso en la casa de los Navia, las cinco mujeres recibieron de su padre ese amor por las artes del bordado y la confección. Siendo Liliana Navia la mejor expresión de un ADN que se adentró en el diseño. Liliana Navia es el retrato de una mujer de alto grado espiritual, divertida y pujante que heredó toda esa influencia que Luisa Maria ejerció sobre su padre durante esos cuatro años de enamoramiento silencioso. Para Liliana Navia, Luisa Maria es la perfecta musa que ha inspirado el que todas las mujeres Navia hoy en día conciban una estética y un gusto por la moda y las tradiciones artesanales como pocas, tal y como lo podemos ver desde los jardines y los alrededores de la casa de la montaña, un lugar idílico a las afueras de Cali y donde la familia se refugia a celebrar y a recordar a sus padres.
El año pasado Liliana y sus hermanos despidieron a su madre de cien años, doña Beatriz de Navia quien según cuenta la diseñadora se maquilló las manos antes de partir a la eternidad como un símbolo del amor a su esposo Camilo Navia, quien era un admirador de la belleza femenina, pero de unas manos excelentemente bien cuidadas. Además del cuidado de las manos, para liliana las flores ejercen un rol muy importante en su trabajo. Con el fin de despedir a su madre, lució un tocado en orquídeas naturales que fueron importadas desde Europa, dado que en los primeros meses del año en Colombia no hay florecimiento de tales especies florales.
La moda en tiempos modernos, donde las relaciones amorosas son efímeras, volátiles y la palabra amor esta tan desgastada y algunas veces trajinada, es cuando la moda hace las veces de puente, para transportarnos a un mundo más bonito por medio de historias idílicas que inspiran la vida y la carrera de un diseñador de modas. La historia del padre de Liliana Navia nos deja muchas enseñanzas, pero de la cual se fusionó la mejor parte y es el amor por la laboriosidad y la mística de esta creadora por el diseño de modas, que según ella, proviene del espíritu de Luisa Maria. Por eso, el compartir con Liliana Navia una pasarela es un debate entre ver la estructura del vestido, así como escuchar un duelo de opiniones, donde la diseñadora deja entrever el gusto por el oficio de sus colegas, el valor que les da y los deseos que tiene de seguir aprendiendo de todo tipo de material que llega a sus manos proveniente de Europa. Ese apetito que despierta el concebir una colección y la necesidad de detallar hasta lo más mínimo de su concepción, en hojas de cuaderno, donde la fuente de inspiración es una región vallecaucana y sus musas. Lo esencial para Liliana Navia, es el saber que de toda esta historia de vida, que no tuvo un final, el cual quedó, vale la pena la redundancia, sin final feliz, pero que se pudo plasmar en toda una generación; pues en realidad una musa se perpetúo en las hijas de un aprendiz de un sastre. En ellas se puede ver la mejor expresión de como en tiempos efímeros la moda nos hace soñar y percibir la esencia y el espíritu de una humilde costurera y sus mágicas manos que marcaron de alguna manera la profesión de un grupo familiar.
Para Liliana Navia el volver a sus raíces y desempolvar la historia inconclusa de su padre y la manera en cómo esa experiencia de vida marcó el destino de todos los integrantes de su familia significa mucho. La influencia de una mujer como Luisa Maria en la vida de su padre y el oficio de la sastrería han conducido a la diseñadora colombiana por caminos ricos de inspiración, los cuales veremos a través de una nueva colección que se presentará en un lugar que evocará todos esos sentimientos donde de nuevo las flores, los paisajes de su tierra y la perfección por los acabados expresados en la estructura de un vestido muy bien concebido nos presentaran una nueva estética, para seguir soñando con una moda que nos transportan a tiempos donde lo efímero no se concebía, pero si lo romántico, el amor por el oficio y el respeto por una mujer llamada Luisa Maria.
Mariposa Fashion Blog
Historias de moda y tradiciones colombianas
Fotos Atelier Liliana Navia fueron realizadas por Clau P. Casa de la montaña fueron realizadas en exclusiva para Mariposa Fashion Blog por La creadora colombiana (archivo privado). El contenido presentado en el blog Mariposa Fashion se encuentra bajo protección intelectual según las leyes alemanas, por lo tanto no se permite la copia ni reproducción de los textos, así como la utilización de las fotografías para otros blogs, medios informativos u otros fines.