”Cómo Ser Bajada Del Metro Con Estilo”.
Hace veinte años cuando visité por primera vez Alemania, escuché una palabra que marca la vida de todos los inmigrantes que llegan a este país, ”Führerschein” licencia de conducción. Según decían en esa época, para poder alcanzar el máximo de independencia, – y es según lo que se respira en esta cultura – es un requisito que se debe cumplir sea como sea. Para otros en cambio, la licencia de conducción no es la llave a la independencia, sino el idioma, pues allí es donde radica la clave para ser independiente.
Ser migrante no es tarea fácil, pues se deben hacer cambios trascendentales hasta que como persona se vuelve alcanzar un ”equilibrio”, donde esta nueva casa se convierte en el segundo hogar por tiempo indeterminado. Todas las experiencias que vivimos influyen nuestras maneras de ver y percibir las realidades, y eso incide en las diversas profesiones que realizamos, las cuales las desarrollamos con éticas y filosofías mucho más estrictas, con tal de poder alcanzar un puesto en la sociedad alemana, rayando algunas veces con lo estricto.
Por otro lado tomar la decisión de hacerle un favor al tráfico alemán no es fácil, pues este es un bien necesario, pero lo dicho, uno no siempre tiene que saberlo todo. Lo anterior ha hecho que muchas cosas varíen y que se construya otro tipo de orden dentro del ritmo de vida, pero en eso Alemania es un país muy organizado, ya que aquí el servicio publico de transporte si funciona a la perfección en sus tiempos. Por otro lado el pensar que una experta en moda ande sin licencia de conducción, – es un criterio inconcebible, pues la ciudad es inmensa, pero la verdad es que se prefirió invertir ese dinero en los miles de cursos para poder hablar y entender hasta los suspiros del alemán. Sin el alemán como idioma estaría perdida y más cuando en el mundo de los negocios, la mujer tiene que luchar mucho más para obtener un lugar y así poder cerrar contratos jugosos.
Entonces los famosos recorridos se hacen con mapa en mano y toda una lista de buses y de trenes para poder llegar al lugar indicado. Es entonces y de esta manera, como los Fashion Tours que realizo, ahora en compañía de mi amiga peruana Adry Morales son hechos en bus y en tren, por eso todo lo que hacemos en Mariposa Fashion es hecho a pulso, caminados a pie, hasta lograr nuestros objetivos, todo lo examinamos y lo comentamos con el fin de obtener tanta información y poder llegar a predecir las tendencias y entender el comportamiento del consumidor alemán. Creo que los días más agotadores son las semanas de la moda, cuando de hotel en hotel y corriendo para que no nos dejen fuera de las pasarelas, el estrés va haciendo efecto profundo y el tener que estar perfectos es un tema que aburre, pues el desgaste va haciendo efecto con el pasar de las horas y algunas veces ya no entra más información al cerebro. Por eso, esto de ser fashionsta no es tarea fácil, pero no hay que quejarse tanto, pues la verdad es que se disfruta mucho, así algunos consideren que no hacemos nada por la vida y que la moda es banal o de mujeres vacías. No Señor, esto es un negocio y un trabajo serio.
Apropósito de trabajo serio, la semana pasada luego de recorrer diversos lugares y de explorar lo nuevo en tendencias, textiles e información vital para nuestro trabajo como ”coolhunter”, mi amiga y yo nos despedimos como siempre acordando nuestro próximo encuentro, y es así como de costumbre terminan nuestros tours por Hamburgo.
Recuerdo que para ese día, mi look lo había creado pensando en una editorial de los libros de Chanel, donde lo dominante es el ”Tweet”, aquel famoso textil que empleaba Coco Chanel para crear sus vestidos y chaquetas más abrigadas. Pues bien buscando esa inspiración y jugando con una colección de prendedores dentro de los cuales está una figura de la misma Coco y el famoso N. 5, mi día marchaba como debía ser, regresaba a mi casa cargada de información, con una sonrisa en los labios y una que otra sorpresita guardada en mi cartera.
Luego de unos minutos de haberse iniciado el trayecto en el metro, escucho esa nefasta y terrible expresión de los controles que dijeron con voz severa y fria: ”Su Tiquete Por Favor”. Para que se pueda imaginar la escena: los vagones del metro venían copados, pues eran las horas pico, cuando todo el mundo regresa a casa después de una larga jornada laboral y a esas horas es muy usual que los del control del metro se suban a realizar su trabajo.
En ese mismo instante y cuando veo mi sentencia a pocos metros, detengo la conversación que tenía en el chat con una de mis amigas diseñadoras desde Colombia. Aún recuerdo que ese instante se convirtió en el momento más aterrorizante, pues comienzo a buscar el tiquete que en realidad no lo tenía como debía ser, es decir que solo cubría el primer trayecto, de mi casa a la estación y no las cuatro que debía recorrer, pero digamos que lo peor aún estaba por llegar; sin embargo en mi optimismo de tú lo puedes todo, vas a cambiar el destino, ten fe; como será que hasta alcancé a rezar, invoqué todos los santos y santas del cielo, pidiendo una estrategia para que me salvaran, pero era tarde, mi descuido saldría bien caro. Como quien dice acción de causa y efecto.
En mi intento por salvarme, ”sorry” – se me salieron las manías de la malicia indígena, – en esas se me ocurre la descabellada idea de ”sobornar” a tres alemanes que tenia al frente, preguntándoles si tenían el famoso Tiquete grupal, los cuales y con mirada de fusil, me ignoraron de inmediato, como quien no quiere ser molestado – en mis esperanzas infortuitas caí en la resignación de tener que pagar la multa – Cuando ya los controles se acercan y me preguntan de frente: ”su tiquete por favor”, me pidieron hasta el pasaporte, el cual tampoco portaba, así que lo que me salvó fue mi cedula de ciudadanía colombiana, sobre la cual me preguntaron, si tenia fecha de vencimiento… ”QUE INDIGNANTE”. Ya sabe, si visita Alemania no salga sin identificación a la calle, al menos cargue la cédula!
Luego de recibir las miradas fulminantes de los que iban en el tren y una que otra condolencia, la cual no alcanzaba a entender, el porqué de sus miradas y las palabras de condolencia, como si se hubiera muerto alguien, mi amiga Andrea Herrera preocupada por mi destino se dedicaba a mandar por el chat sus buenas vibras desde Cali, que para nada me salvarían de esa voz de mando que me dijo: ”acompáñeme por favor, salga del tren” en mis pensamientos estaba solo, ”tierra ábrete y tragame”. Así que muy dignamente y bajándome de manera muy discreta la gorra tipo tweet en honor a Coco Chanel, con el fin de cubrir mis ojos y no fuera reconocida por el vecino del barrio, fui lanzada, tirada, expulsada del tren. Ya a las afueras la vergüenza fue mayor y aún en mi intento de no tener que pagar la multa más alta, saqué mis dotes de actriz de reparto, – de esos talentos que uno descubre en los cursos que nadie hacía en el colegio y que de vez en cuando sirven para ciertas ocasiones en la vida -, pero no hubo curso, ni papel de reparto que pudiera reducir la multa, la cual y como era claro fue en vano y casi la más alta.
Tengo que decir que ni mis dotes de actriz y mis casi lagrimas de cocodrilo no me ayudaron en absoluto, pero los controles tienen su corazoncito y en medio de la situación más vergonzosa de mi historia como inmigrante, me consintieron cual niña pequeña cuidada por su papá y me llevaron a un lugar para que no me diera frio y no me resfriará. Mientras me tomaban los datos y me facturaban los sesenta euros -que aún me siguen doliendo-, yo me decía, porqué no vine vestida de negro antracita, que apropósito es el look más anónimo, que puede existir dentro del estilismo fashionista. De esa manera usted se asegura que nadie lo mire, pero en mi caso, no fue así!. Además de la linda factura, me dieron un curso intensivo de cómo emplear la máquina de tiquetes para que nunca y que quedara bien claro, jamas se me ocurriera subirme al tren viajando a lo negro, como decimos en la jerga migratoria.
Luego de pasar por aquellos momentos interminables y de catástrofes, hay que decir que las situaciones incomodas en la vida se deben vivir con educación y control, y fue así como lo más vergonzoso que puede vivir una mujer migrante, se convirtió en lo más jocoso, donde todos sus amigos primero con un ”No” rotundo” para luego hacer de mi historia un cúmulo de chistes, bueno al menos disfrutaron con mí mini tragedia. Aquel día palabras como: ”Jamás lo esperaba de ti, uy que ”boleta” Mariposa la lanzaron del tren” y el humor negro mal intencionado del costeño colombiano, que buscó en redes fotos mías, pero la verdad es que no soy tan famosa como para salir en redes, uf me salvé!. Mi consuelo es que no he sido la única, pues desde mi amiga Lourdes que se hizo la gringa hablándole en ingles al controlador, el cual también la pesco en pleno acto de chantaje y no se dejó engañar, también está, la de otra amiga, la súper éxitosa ejecutiva peruana que la sacaron de la estación con un grupo de personas por viajar ilegal.
Definitivamente el vivir en un país organizado es muy bueno, pero cuando es de infringir leyes, ahí si no hay cuento que valga, ni lagrimas de cocodrilo, ni hacerse el perdido, la actriz de reparto, así usted vaya vestida de Chanel o de Gucci. Cuando pasa ésto te das cuenta que no eres ni de aquí ni de allá, que ahora nuestros amigos, los que nos acompañan se disfrutan de manera virtual, siendo el apoyo un mero chat. La moraleja es que a la final, los errores humanos pasan en la modernidad y que sean para bien o para mal, todos somos humanos y en el perdonarnos a nosotros mismos y saber perdonar es la mejor actitud para seguir por el camino de la migración, es así como ser lanzada del tren pasa de ser bochornoso a vivirlo con mucho estilo. Bueno y lo mejor de todo es cuando usted aprende que del infortunio puede salir una historia que podrá ayudar a muchos otros. En realidad nos damos cuenta que lo más valioso que tenemos son los buenos amigos, que en medio de rizas te consuelan y te ayudan a crear el próximo titulo para un nuevo articulo en el blog: ”Cómo Ser Bajada Del Metro Con Estilo”.







Mariposa Fashion Blog agradece a Luzmy P. Adriana Morales, Lourdes Rivadeneyra por todo el apoyo y la colaboración para la elaboración de este artículo, el cual intenta mostrar detalles de la vida de muchos migrantes en Alemania. Los contenidos en Español y Alemán fueron desarrollados por la escritora Clau P. en exclusiva para el blog, los cuales se distancian de cualquier fin comercial.
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