Moda Y Tendencias en Tiempos de Covid-19

Tengo que admitir que aquel marzo del 2020 cambió todo el panorama del universo moda. En poco tiempo vimos como las tendencias a las cuales estábamos acostumbrados y que pasaran a una velocidad asombrosa, pasaron a ser estáticas. Por otro lado, el desafío nos obligaba a ser más creativos, pues debíamos apoyar, incentivar y generar una cadena de aporte, que supuestamente sería algo así como a lo equivalente a un par de meses y todo volvería a ser como antes. Recuerdo que aquellos días pensaba que este cuento de la pandemia pasaría muy rápido y podríamos volver a las calles, tomar fotos e inspirarnos de tantos trendsetters que abundan en las calles!
Confinamiento, encierro, moda y crear contenido, pero, ¿cómo así? Un creador de contenido no puede estar encerrado y mucho menos una ciudad adormecida por el miedo. ¡Eso era inconcebible!.
En pleno resplandor pandemial, salí a la calle por cuestiones obligatorias y al ver la ciudad convertida en un desierto, me generó un alto grado de espanto. Hamburgo parecía como aquellas historias futuristas que tanto se vendieron a mediados de los ochenta en latinoamérica. Era como si los habitantes de la ciudad se los hubieran llevado del planeta y unos cuantos nos hubiésemos salvado de ser trasportados a marte. Un escenario bastante futurista y fantasioso, pero que se había hecho realidad.

Las vitrinas de Chanel fueron finamente tapadas con amplias persianas, como si la leyenda de la alta costura no hubiese existido. La cooperación de una diseñadora colombiana con un gigante de la moda se había quedado en plena promoción y todos los que querían observarla, palparla y admirarla directamente en los almacenes, tuvieron la opción de ordenarla por internet.
Demasiadas sensaciones, demasiados sentimientos encontrados que nos llevaron a redefinir la manera en como estábamos llevando nuestras vidas. La pandemia nos trajo varios conceptos casi olvidados: tiempo, solidaridad, valorar y compartir y hasta divertirnos en casa. ¡Había una necesidad de cambio, de querer ser diferente!
Reestructurar el armario, sacar lo que no se usa, lo que no quiero o compré por impulso. Había que generar cambios y era salir de aquello que para otros podría ser motivo de necesidad y de alegría. Entonces los almacenes de remodelación, ferreterías como los conocemos en Colombia, se convirtieron en el centro comercial para los que vivimos en este país. No era raro encontrarse amigos de otros gremios, comprando cubetas de pintura, vestidos como para ir de compras al lugar más prestigioso de Hamburgo.
Salir a tomarse y encontrarse con los amigos fue restringido al parque y solo en compañía de un conocido, casi que hablándose a distancia, besos y abrazos de eso no se supo más.
En medio de todo este drama que nos trae la pandemia y digo de manera positiva trae, porque así quisiera dejarla ir de mi lenguaje, aún sigue presente; el mundo de la moda encontró en la plataforma online, un gran aliado: Colombiamoda fue transmitida por la web y muchos pudimos acceder a cursos y charlas con expertos, que de alguna manera habían sentido el impacto de este flagelo.

El home-office que para muchos era normal se convierte en el 24/7 continúo de todos los días y la necesidad de evaluar la calidad de lo que se compartirá en redes, se volvió relevante con el fin de velar por la propagación de esperanza y de ideas para los diseñadores y emprendedores, así como de las marcas emergentes necesitadas de generar ventas y acceder a más oportunidades, gracias a la inspiración que podían recibir de las redes.
Algunos conocidos me comentaban que por instagram habían encontrado marcas muy interesantes, que no sabían que existían, aspectos muy positivos de la pandemia, que hicieron que muchas marcas fueran más visibles. Es así como la plataforma fotográfica y más visual que existe se converte en una gran oportunidad para crecer y crear nuevas estrategias. Para algunos que son demasiado creativos ha sido la perfecta oportunidad para mejorar su imagen, mientras que para otros, ha sido el entierro directo de lo que pudo ser una buena idea. Es decir el mal uso de las redes catapultó una imagen, creando en cierta manera un desinformante, que en vez de ensenar, incentivaría a la copia.

Por otro lado, el look casero se convierte en un atuendo que simboliza una expresión semi-cultural, pues había que generar ese cambio y en eso la moda es de gran ayuda. Es decir la moda se mezcla con las tradiciones artesanales.
Es cuando empezamos a trabajar el tema de los armarios, de tal manera que lo sustentable fuese el tema primordial. La hilaridad comienza con un concepto muy conocido: ”Qué me pongo y lo que no se ve, no existe”, lo cual da un giro por completo a lo que en nuestro universo moda se murmuraba y se revierte en una filosofía de estilo de vida. En efecto la depuración de la ropa inutilizada, pasa a ser el tema en tendencia, para ser objeto de estudio, pues el cambio se da es a partir del éxito de la moda sustentable. Allí y como lo vengo predicando hace muchos años, radica el cambio en la manera de consumir moda para las nuevas generaciones y por ende en el afianzamiento de una cultura de moda en nuestros países.
Fue así como mi percepción de lo que se debía y como debíamos compartir el contenido en redes cambia, dando paso a dejar de lado el afán por conseguir likes, al de crear contenido autentico, rico en historias contadas desde la óptica fashionista. Todo con el fin de incentivar a otros a crear.

Hace algunos días, en medio de todas estas estrictas medidas que aún llevamos a las espaldas en Hamburgo, compartía con un par de amigas latinas, una de ellas, trabaja para una empresa de programación y al entrar a un reconocido almacén de nombre femenino (cuatro letras), enamorada de todo, sale con cargo de conciencia, pues no pudo comprar nada, ya que al tomar una pieza de ropa, de inmediato pensó en los niños de Asia, explotados y vilmente saqueados en su tiempo e inocencia. Un cambio en su mentalidad que viene del tiempo de la cuarentena, según nos comentaba.
El punto central del eje de los activistas que odian la moda a bajo costo, -como le decía a mi amiga-, no es dejar de comprar ropa, por el contrario, lo que se pretende es lograr en la comunidad fashionista, la compaginación de ambos segmentos, el de alto y la de bajo precio, sin tener que convertir el armario, bajo la imagen de un cajonero lleno de de piezas sin historia. Llegar a un equilibrio, hacia allá es para donde vamos y ese es el desafío de los diseñadores y de todos los que tienen un emprendimiento de moda y quieren construir una comunidad afiliada a la marca y al producto.
La necesidad de apoyar a nuestros artesanos hace parte de una de las tantas metas propuestas en este periodo de pandemia, así como la necesidad de comprender la moda como una herramienta cercana, a pesar que por mucho tiempo era considerada como instrumento de exclusión y de diferenciación, hecha solo para algunos, los que tienen poder adquisitivo. Lo anterior nos lleva a revisar el tema moda, de carácter incluyente, algo tan palpable a través del StreetStyle mundial, que muestra un empoderamiento reflexivo y muy tradicional, gracias a la combinación de piezas artesanales. Por eso, es que insistimos en apoyar la compra de tales piezas y prendas, ya que es la manera más acertiva para activar las economías. Esa es nuestra responsabilidad en el momento de consumir moda.

Pero volvamos a el tema en cuestión, ¿qué es lo más revolucionario que ha revivido la pandemía? La respuesta en el tema tendencias fue que se revivió el famoso delantal de cocina. Si, así como lo leen, el delantal de cocina, pasa a ser uno de los accesorios más esenciales de esta época. Por eso se revive de un momento al otro, esa imagen de la mujer vestida de alta costura, en su cocina, laborando con un recipiente en la mano, tal cual como aquella mujer de antaño, la perfecta ama de casa.
Quiero sustentar este análisis con una observación que sale de los medios alemanes, pues a principios del año 2020 uno de los bienes que más se escaseó en los supermercados, (además del papel higiénico) fue la harina. Al parecer a todos les da por volverse panaderos y los índices de compras de pan en la ciudad decayeron considerablemente, por el miedo al contagio. Pero, ¿ cómo sería ese look, tan chic y de alta costura con un delantal de cocina?
Aquí viene de nuevo el factor ”recycling- Sustenable”, es decir reunir restos de retazos, creando un ”mix-match” que haga las veces de camisero, el look ideal para el día. En efecto y si lo pensamos, es mucho más descomplicado y romántico lucir una pieza de este tipo, que estar todo el día en pijamas, como si la vida se hubiese estancado en una noche. Aunque tengo que confesar, que a mi también me gusta lucir en casa una comoda pijama.
La sensanción de no olvidar esa maravillosa sensación de estar muy bien vestida, me llevó un día a experimentar, cómo lucir y sentirme bien en mi habitat. Así que empecé ha crear diversos looks, para ser más eficiente con mi trabajo. Diría que mi rendimiento se ve seriamente incentivado por el vestuarío, en la actitud con la que me disponía a trabajar.
Así que realicé un experimento y un día cualquiera de la semana me vestí con traje de coctel. Muy a las nueve de la mañana, lucí un vestido largo de flores en encajes, con la pequeña diferencia que en vez de ponerme unos tacones altos, los reemplacé por unos converse rojos. Ese día pude entender, porqué para muchas mujeres que conozco, la moda las lleva ha emplearla para la restauración de su identidad y de su dignidad. Es como cuando decían las mamás: ”nadie te da tu lugar, uno mismo se lo dá”. y en este aspecto la moda sabe como hacerlo, pues te da tu lugar. Recuerdan el antiguo dicho: ¡dime como te vistes y te diré como te tratan!
Volvamos a ese último grito de la moda: el delantal. Cambiemos de piezas de vestir y en vez de portar pantalón joggin (sudadera), usemos el vestido de limpieza. Se que para muchos la idea suena un poco descabellada. Ustedes se preguntarán, ¿cómo voy a lucir, el vestido que usa la señora del aseo, para salir en pantalla por zoom?
Vale la pena rescatar los elementos con los cuales han sido empleados, para rediseñar el famoso traje. Algo que me pareció maravilloso y que desde mi óptica he querido mencionar a lo largo de este relato, porque es trabajar el camisero y añadirle elementos artesanales. La conocida pieza como: Nap Dresses es el nuevo trend que le hace la competencia al famoso lounge wear.
Vale la pena resaltar que en países como Colombia se ha venido trabajando el tema de la moda en la cocina. Lo interesante es considerarlo desde la óptica de los estampados florales, las mezclas de telas y de una gran infinidad de detalles, que nos hacen ver presentables en las reuniones virtuales, modernas frente a nuestros colegas y muy guapas para estar en casa. Al parecer ya no hablamos del mero concepto moda para estar en la casa- oficina, sino de un conjunto de piezas que se pueden emplear para diversas ocasiones, que sean tan vestidoras y cómodas, digno de lucirse en una reunión virtual.

Por ahora los invito a dar una mirada a los detalles que presento a lo largo de este articulo, el cual pretende invitarlos a dejarse inspirar por todo lo que desde un análisis profundo y desde la perspectiva de ADN de marca, los puede inspirar desde una visión real y actual, sobre todo en el momento cuando se quiera crear una colección o realizar piezas para modernizar el portafolio de productos. Ah y la foto del delantal la presento cuando esté listo. Pronto la publicaré por instagram para los que deseen ver el resultado de este experimento: El delantal para un coctel online.
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